domingo, 13 de marzo de 2016

EXPOSICION: "NAZARENUS". Símbolo, iconografía y arte del Viacrucis


El viernes 11 de marzo se inauguró en la Sala Municipal de Exposiciones del Teatro Calderón la exposición “Nazarenus. Símbolo, iconografía y arte del Viacrucis”. La muestra, que se mantendrá abierta hasta el día 3 de abril, viene a dar continuidad a una serie de exposiciones que se llevan celebrando todas las Semanas Santas desde el año 2001. Asimismo, viene a ser una prolongación de la acontecida el año pasado “Signa Christi”, con la cual comparte comisario, Alejandro Rebollo Matías.

Inauguración de la exposición
La presente exposición es simplemente magnífica, tanto por el número de piezas como por la calidad de las mismas. Además cuenta con el aliciente de que casi la mitad de las obras son completamente inéditas para el público general ya que algunas de ellas se encuentran en las clausuras de nuestros conventos y monasterios, verdaderas Wunderkammer. El hilo argumental de la exposición es el Vía Crucis y las diferentes estaciones que lo componen, las cuales se explican de forma muy didáctica en paneles que se ven complementados con las magníficas obras de arte que ponen imagen al texto.
Recuerdo que el año pasado destaqué las tres piezas más destacadas de la exposición, esta vez me sería imposible repetirlo ya que en “Nazarenus” hay muchas más obras de calidad, tanto de firmas españolas como extranjeras. Así, en la muestra podremos ver dos fantásticos lienzos de Filippo Tarchiani procedentes del Convento de las Descalzas Reales, El Predimiento y Cristo de los Improperios; un Ecce Homo de Pedro de Ávila (aunque vaya atado a la columna, ésta no es una columna sino uno de los balaustres del pretorio de Pilato); un Nazareno con la Cruz a cuestas copia de un original de Michel Coxcie “el Rafael flamenco”, a cuyo taller se deberá un precioso Cristo abrazando la cruz. La lista de maravillas continúa con un Jesús con la Cruz a cuestas atribuido a Luis de Morales “el Divino”, un interesantísimo y personal Crucificado relacionado con Pedro de la Cuadra, el Llanto sobre Cristo muerto de Alejo de Vahía, el Resucitado de Francisco Rincón, otro Resucitado cercano a Esteban Jordán, el Paso del torrente Cedrón de Frans Francken II, La Negación de San Pedro de Simón de Vos o La caída de Peter Sion.

Entre las piezas anónimas no podemos dejar de citar el impactante Cristo del Escobar, joya renacentista de nuestra estatuaria que ha recobrado vigor tras su reciente restauración; el fabuloso Cristo Yacente procedente del Oratorio de San Felipe Neri (esta obra es enigmática por cuanto su calidad es excelente y su progenie es vallisoletana aunque por su estilo no podemos relacionarlo con ninguno de los grandes maestros pucelanos de la época, sin duda es una obra que en el futuro nos deparará sorpresas); y el impresionante Busto de Ecce Homo del Monasterio de San Quirce, obra de posible procedencia madrileña.

Finalmente quisiera destacar el lienzo del Camino del Calvario del pintor vallisoletano Amaro Alonso. La pintura no posee demasiada calidad, su valor consiste en que es una buena copia (hablando en términos de pintura barroca vallisoletana) del llamado Pasmo de Sicilia de Rafael Sanzio. Además, ha ganado más atractivo su reciente restauración, en la que se ha descubierto la firma de su autor ya que anteriormente el lienzo estaba en tan mal estado que no se veía y se consideraba como obra anónima. El hecho de descubrir la firma de Amaro Alonso y de poder incorporar la pintura a su escaso catálogo es una buena noticia puesto que ayudará a identificar nuevas obras del pintor.

AMARO ALONSO. Camino del Calvario, copia de El Pasmo de Sicilia de Rafael (segunda mitad del siglo XVII)
RAFAEL. Camino del Calvario -El Pasmo de Sicilia- (h. 1517. Museo del Prado. Madrid

Finalmente, me gustaría dar las gracias al comisario de la exposición por haberme confiado la ejecución de algunas fichas del catálogo por cuanto son las primeras que hago. A continuación haremos un pequeño repaso a la muestra siguiendo la división en capítulos en que se encuentra dividida la misma. Tras cada texto introductorio, que está copiado de los paneles de la exposición, colocaré fotos de las obras más destacadas. No dudéis en ir a verla pues, repito, hay obras excelentes que rara vez se volverán a ver dado que están en lugares poco accesibles.

1- VÍA CHRISTI
Los orígenes en Tierra Santa. La Vía Dolorosa de Jerusalén
El “Vía Crucis” o Camino de la Cruz refiere las diferentes etapas vividas por Jesucristo desde el momento en que fue aprehendido hasta su crucifixión y sepultura. Se representa con una serie de imágenes de la Pasión o “Estaciones”, en total catorce, que son las comúnmente representadas, aunque existe por extensión otras no tan conocidas.
Esta pedagogía fue utilizada por el Cristianismo a lo largo de los siglos: “per crucem ad lucem” (a través de la cruz se llega a la luz) usando la metáfora de un viaje o paso (Pascua) pasando de la experiencia del sufrimiento a la esperanza de la Resurrección.
La Vía Dolorosa no es sólo la conocida como Vía Crucis sino que incluye por los peregrinos a aquellas huellas del paso de Jesús en su Pasión: desde Getsemaní al Calvario.
Los artistas basándose en las visiones místicas, profecías y otras fuentes apócrifas, han completado las escenas narradas en el evangelio: prendimiento, paso del torrente, improperios, bofetada y cárcel, juicio inicuo, flagelación y coronación de espinas, las caídas en el camino de la Cruz…
En el arte ha pervivido esa visión, animada con la literatura devota, de Tierra Santa.

ANÓNIMO. Plano de Jerusalén con la Vía Dolorosa (siglo XVI)
ANÓNIMO MADRILEÑO. Busto de Ecce Homo (último cuarto del siglo XVII)
PEDRO DE ÁVILA. Ecce Homo (1710)
ANÓNIMO FLAMENCO. Beso de Judas y Predimiento de Jesús (siglo XVI)
FRANS FRANCKEN II. Paso del torrente Cedrón (siglo XVII)
SIMÓN DE VOS. Negación de San Pedro (siglo XVII)
2- REGIA CRUCIS
Las Estaciones del Camino de la Cruz. El relato de A. C. Emmerich
La iconografía es muy rica en las diferentes Estaciones del Vía Crucis incluyéndose por extensión el antes y el después de la Vía Dolorosa. La veneración de los lugares de la Pasión de Jesús por su madre María y los discípulos está en el origen del Vía Crucis y de las procesiones de Semana Santa.
La huella del pie de Jesús Nazareno ha sido venerada simbólicamente por los peregrinos como prenda única del amor de Cristo en su paso por Tierra Santa. La tradición supone que fueron 1322 pasos los que dio Jesús en la Vía Dolorosa.
El número de caídas, simbólicamente tres, es un símil de nuestras caídas, y la ayuda del Cirineo, el arrepentimiento de volver a levantarse.
La Verónica o "Vera Icon" significa "verdadero rostro" y es uno de los símbolos más conocidos del Vía Crucis cuando esta mujer enjugó con el sudario el rostro de Jesús.
El arte ha puesto voz a estas imágenes del Camino de la Cruz desde la pintura y escultura más excelsa a la música y la poesía de consumados artistas.

PETER SION. La caída (siglo XVII)
¿JOSÉ FERNÁNDEZ?. Jesús Nazareno (h. 1750)
ANÓNIMO. Camino del Calvario (mediados del siglo XVII)
MICHEL COXCIE (copia). Jesús Nazareno con la cruz a cuestas (siglo XVI)
LUIS DE MORALES (atrib.). Jesús con la cruz a cuestas (siglo XVI)
MICHEL COXCIE (taller). Cristo abrazando la cruz (siglo XVI)

3- REX NAZARENUS
Del Calvario al Sepulcro y la Resurrección
La Cruz de Tierra Santa con cuatro cruces más pequeñas representa las Cinco Llagas de Cristo. Las pequeñas (manos y pies) están orientadas a los cuatro puntos cardinales. En el centro la Llaga del costado de su Corazón.
Los franciscanos han sido desde 1342 los guardianes de los Santos Lugares de Jerusalén, Belén y Nazaret. Es el Santo Sepulcro el lugar más venerado, de la muerte y resurrección de Jesucristo, por los cristianos de todas las confesiones.
El arte del Vía Crucis a través de los siglos nos ha transmitido una narración popular de la Vía Dolorosa desde las fuentes medievales al naturalismo barroco. Piezas de indiscutible valor atesoran cofradías, iglesias y conventos, de nuestra ciudad.
PEDRO DE LA CUADRA (círculo). Cristo Crucificado (h. 1600)
ANÓNIMO VALLISOLETANO O PALENTINO. Cristo del Escobar (siglo XVI)
ANÓNIMO. Cristo Yacente (comienzos del siglo XVIII)
ALEJO DE VAHÍA. Llanto sobre Cristo muerto (h. 1500)
FRANCISCO RINCÓN. Cristo Resucitado (h. 1600)

4- SACROMONTE PENITENCIAL
Sacromontes conventuales y Cofradías Penitenciales
A lo largo de la Edad Media y el Renacimiento, y su continuidad hasta el Barroco, se prodiga el uso de emblemas en cofradías e instituciones que reflejan simbólicamente la Pasión de Cristo y el Vía Crucis en particular. Así la devoción al Vía Crucis en cruceros y ermitas, imágenes y tallas tiene en nuestra geografía desde el siglo XVII una gran tradición.
Los Sacromontes urbanos y conventuales reflejan ese Vía Crucis de Jerusalén a través de las calles y plazas de nuestras ciudades o durante la Semana Santa con los desfiles procesionales. Calles de las Angustias, de la Amargura, de la Cruz, de los Pasos o de los Dolores manifiestan esta tradición en España y Castilla y León. Fue en España en donde se definió formalmente las catorce estaciones gracias al Beato Álvaro de Córdoba ya en el siglo XV.
La contemplación de los misterios sacros de la Pasión ha sido tradición en los claustros y clausuras de conventos y monasterios desde siempre y en especial cuando se rememora el Triduo pascual.
Los Sacromontes en miniatura contribuyen así a revivir esos “pasos” de Cristo así como las maquetas conservadas de cofradías penitenciales.

ANÓNIMO. Pequeñas esculturas de la Pasión. Sacromonte conventual (h. 1700)
ANÓNIMO. Virgen de la Soldad (último cuarto del siglo XVII)
ESTEBAN JORDÁN (círculo). Cristo Resucitado (finales del siglo XVI)
Túnica de Nazareno del paso de la Entrada de Jesús en Jerusalén (siglos XVIII o XIX)
PEDRO VERDUGO. Maqueta del paso de Jesús Nazareno (siglo XX)
PEDRO VERDUGO. Maqueta del paso de Camino del Calvario (siglo XX)
Cruz de Jerusalén y Cartilla de la Hermandad de Tierra Santa
Cartel de la Semana Santa de Valladolid del año 1952

5- MODERNOS VIACRUCIS
Interpretaciones y propuestas contemporáneas
La interpretación moderna del Vía Crucis de artistas contemporáneos desde el siglo XX al XXI tiene figuras señeras: Gaudí, Gill, Racz, Rainer, Matisse, Ruiz Anglada, Nolde… En nuestra ciudad artistas como Santiago Bellido o David Toledano aportan su particular visión del tema en dibujos o grabados d magnífica corrección.
Una valiosa aportación tiene el Vía Crucis de Teresa Peña y Manuel Alcorlo, proveniente de los Jesuitas de Villagarcía de Campos (Valladolid). Su cromatismo magníficamente entonado, imprime el dramatismo a las escenas en una solemne visión de la Pasión.
Aquí se muestran tres propuestas contemporáneas diferentes pero valiosas por igual e intercaladas entre la devoción y la fe de siglos que sigue presente en el Vía Crucis.

TERESA PEÑA Y MANUEL ALCORLO. Vía Crucis XI. Enclavamiento (1958)
TERESA PEÑA Y MANUEL ALCORLO. Vía Crucis XII. Crucifixión (1958)

LAS CATORCE ESTACIONES DEL VÍA CRUCIS
I          Jesús es condenado a muerte mientras Pilatos se lava las manos
II         Jesús Nazareno carga con la cruz
III       Jesús cae por primera vez y es azotado por los soldados
IV       El encuentro con su madre María en la Vía Dolorosa
V         Simón de Cirene le ayuda a portar la cruz
VI       Verónica limpia su rostro, quedando en el paño marcada la Santa Faz
VII      Jesús cae por segunda vez
VIII    Jesús consuela a las mujeres de Jerusalén
IX       Jesús cae por tercera vez en la colina del Calvario
X         Despojado de sus vestiduras
XI       Jesús es clavado en la cruz entre los dos ladrones
XII      Muerte de Jesús en la Cruz
XIII    El descendimiento de Jesús de la cruz y puesto en brazos de su madre
XIV    Jesús es enterrado en el sepulcro

SANTIAGO BELLIDO. Las 14 estaciones del Vía Crucis (2016)

1 comentario:

  1. Gracias por la entrada del blog. Esta mañana estuve en la exposición y disfruté de las piezas... Aunque no puedo decir lo mismo de la exposición. No entiendo como, si hay un relato que organiza las piezas escogidas, no se mantenga un orden expositivo que permita al visitante comprender lo que está viendo. Después de varias cartelas llegue a la conclusión de que el misterioso número que aparece en la esquina superior izquierda es el capítulo... y entonces descubrí con pasmo que empezaba en el dos, seguía por el uno, pasaba al cuatro para volver al dos... Cuando ya me había vuelto loco intentando seguir un orden decidí contemplar otra exposición... la que me iba surgiendo. Gracias a tu relato por fin he podido encontrar sentido a lo que había visto. Volveré esta tarde a darle una vuelta más. Además... tengo pendiente comprar el catálogo para leer "vuestras" fichas... jejejeje

    ResponderEliminar